¿Por qué la gente no sabe defenderse ante un agresor?.
¿Te has preguntado por qué permites que otros se burlen, te ataquen, violenten tus derechos y tu sólo actúes como un simple espectador permitiendo que suceda una y otra vez?
¿Has notado que en el común de los animales e insectos, cuando son increspados transforman su comportamiento y se vuelven agresivos incluso hasta letales?
Este tipo de conductas (acción-reacción) son parte de la esencia de los seres vivos, en especial dentro del reino anima, están dentro de nuestra naturaleza y viene a ser una parte fundamental que previene nuestra eventual desaparición al buscar la supervivencia de la especie.
Pues bien, cuando el ser humano dentro de su proceso evolutivo, pasa de ser un ente salvaje a uno civilizado, el poder en turno trata a toda costa, eliminar o controlar ese instinto de agresión natural en las personas para poder controlarle y que sirva a los fines políticos, económicos e ideológicos que aquellos persiguen. De tal modo, le hacen creer a la población que todo sentimiento que implica demostrar valor o coraje a través de respuestas físicas violentas, ya sea en forma de agresor o víctima, son conductas antisociales, que son acreedores a una sanción que puede ser económica o privación de la libertad y que además un ente divino lo verá con malos ojos privándole de alcanzar cualquier tipo de gracia en su nombre.
En la actualidad, si una persona es agredida no debe responder, pues para eso está el gobierno a través de las diferentes instancias para castigar o sancionar al agresor, pero además si una persona opta por devolver el agravio, puede autogenerarse mayores problemas aún y cuando existan pruebas y testigos de que actuó en defensa propia.
El gobierno en turno, sea la época que sea, no quiere gobernar sobre guerreros, le conviene imponerse a gente que está dedicada a otros menesteres como trabajar la tierra, realizar labores artesanales, etc.
Y cada vez es más severo en sus sanciones incluso ya no solo en el aspecto físico, sino que ha ido delimitando el lenguaje, de tal suerte que se debe pensar muy bien antes de expresar una opinión, porque ahora ya todo es agresión.
Esto da como resultado, personas convencidas de que toda violencia (verbal, física y psicológica) son malas, que nadie tiene el derecho a hacerse justicia por propia mano y se le ha dado un enfoque totalmente erróneo al concepto de paz, palabra que no significa ausencia de conocimientos para lograrla, que no basta con solo desearla para que nadie nos haga daño.
Gracias a lo anterior, el gobierno, logra felizmente controlar grandes masas de manzas ovejas mientras ellos de manera controlada seleccionan y preparan personas para ejecutar el trabajo sucio y apaciguar de ser necesario, utilizando la fuerza letal a todo aquel que se oponga al régimen, en ese último caso, el gobierno e incluso los representantes de las diferentes religiones, ven justificada la barbarie.
Es lamentable ver cómo como el ser humano con todos los avances tecnológicos ha caído en una escala inferior a la de cualquier otra especie animal en cuestión de defenderse de un agresor.
No sé trata de volver a tiempos en los que el más fuerte dominaba, pero tampoco se debe castrar al ser humano su instinto de supervivencia.
En una situación donde un atacante tiene una navaja frente a un grupo de personas, nadie se atreve a hacer nada, ya no por el temor de sufrir un piquete, sino porque sabe que nadie le va a apoyar.
Si lo anterior lo traspolamos a una manada de hienas cercando a un lobo, éste se defenderá con garras y colmillos aún y cuando su destino esté en contra.
El Karate practicado con la debida seriedad, no busca crear animales, ni entrenar para obtener trofeos y medallas. Su principal objetivo es contribuir en formar gente pensante, que cuando tengan la necesidad de actuar lo haga con el ímpetu de una bestia, ser capaces de aniquilar a otro semejante de un solo golpe pero a la vez con la educación suficiente para anticiparse y evitar a toda costa esta situación.
Los grados, las cintas, los torneos, son consecuencias de un entrenamiento constante, pero no son en realidad el fin, el fin lo constituye el dominio técnico y esto solo se da con la práctica formal y responsable.
Atte. Mtro. Enrique Gutiérrez